INSTITUT FRANÇAIS MADRID "ENCUENTRO ENERGÍAS RENOVABLES Y SOBERANÍA ENERGÉTICA"



El Institut français de España recibió a Marc-Antoine Eyl-Mazzega, doctor en Relaciones Internacionales del Instituto de Estudios Políticos de París, investigador y director del Centro de Energía y Clima del Instituto Francés de Relaciones Internacionales (IFRI), a Lara Lázaro Touza, investigadora y codirectora del grupo de investigación Clima y Energía del Real Instituto Elcano, profesora de economía en el Centro de Enseñanza Superior Cardenal Cisneros y a Víctor Marcos Morell, director de Energías Renovables y Mercado Eléctrico en el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE) con motivo de un encuentro sobre “Energías renovables y soberanía energética” que tuvo lugar el pasado martes 21 de mayo en el Teatro del Institut français de Madrid.

 

Los tres invitados aceptaron contestar a las preguntas siguientes:

1/ ¿En qué punto nos encontramos en materia de transición ecológica y de implantación e implementación de energías renovables en España, en Francia y de forma más general en Europa?

>>> Marc-Antoine Eyl-Mazzega

Vamos de camino, pero todavía queda mucho por hacer, primero porque hubo una falta de inversión en los últimos 10 años en la producción de electricidad, en las redes, y en las herramientas de flexibilidad. Ahora es cuando hace falta acelerar muy rápido, pero supone una inversión importante y las cadenas de valores se tensan, sin olvidar la inflación y las tasas de intereses que han aumentado. Pero los Gobiernos dieron la señal de que hay que avanzar muy rápido: las empresas quieren invertir, por lo que hay que acelerar el « permiting » y en Francia, hay que entender – y lo vamos consiguiendo - que las energías renovables son tan importantes como la nuclear. En España, hay que entender que es prudente y útil conservar algo de nuclear.

>>> Víctor Marcos Morell

Creo que España está haciendo un gran trabajo. En los últimos 15, 20 años, con algún parón, hemos avanzado mucho en materia de renovables. De hecho, un éxito en términos de energía eléctrica es que el año pasado supusieron un 50% del consumo total de energía. Es verdad que España tiene un mix de generación equilibrado de energía eléctrica: tiene un 20% de energía nuclear, en torno a un 50% de energías renovables y el resto se cubre con gas natural y otras fuentes. La flexibilidad y el almacenamiento son muy relevantes en los pasos que nos quedan por dar para ir más lejos para lograr el objetivo de neutralidad climática en 2050 y el nuevo plan nacional integrado de energía eléctrica en el 2030. Estimamos una tasa de penetración de las energías renovables del 81%. Hay desafíos delante: la contestación social empieza a ser muy relevante - depende de la región-, el tema de los permisos también es un tema muy relevante y el tema de los precios del mercado mayorista. Porque en las horas centrales del día, los precios tienden a cero. Comparándolos con Francia, creo que Francia tiene unos objetivos muy claros en reducción de emisiones, a  nosotros, cada tonelada de CO2 nos cuesta un poco más porque Francia tiene el apoyo de la nuclear, pero Francia destaca más en reducción de CO2 y España más en la penetración de renovables.

>>> Lara Lázaro Touza

Me voy a centrar más en la demanda. Lo que vemos en los datos de nuestra última encuesta, que vamos a publicar en los próximos días, es que sigue habiendo un apoyo muy generalizado al despliegue de las renovables, incluso cuando a las personas encuestadas les decimos que ello conlleva unas infraestructuras de tamaño sustancial. Es cierto que la preocupación por el cambio climático sigue alta aunque ha bajado y ha aumentado de manera significativa el negacionismo climático. Es bajo, pero se ha triplicado – está ahora al 7% - en comparación con 2019, con la Covid, la crisis energética, la invasión de Rusia en Ucrania, lo que ha hecho ha sido reducir la importancia del clima en los ciudadanos españoles. Además de este apoyo a las renovables, lo que vemos es que se duplica la extensión de vida útil de las nucleares. También aumenta de manera muy significativa la resistencia al abandono de los vehículos de motores de combustión. Estos aumentos están muy mediados por la ideología: aquellos individuos con menos estudios, con menor visión pro ecológica del mundo, de ingresos muy altos – más de 3000€ brutos al mes -, y aquellos que están situados a la derecha en el espectro ideológico, son los que menos están preocupados por el cambio climático, apoyan menos las energías renovables, se resisten más al abandono de vehículos de motores de combustión interna. Lo positivo quizás, es que sigue habiendo un apoyo generalizado a que España actúe frente al cambio climático a través de leyes, estrategias y planes, que los españoles están dispuestos a asignar parte de los presupuestos generales del Estado para las renovables. Sabemos que estamos haciendo poco y estamos poco preparados para los impactos del cambio climático y uno de los elementos que supone más consenso entre los ciudadanos es el apoyo, el acompañamiento a los negocios, las zonas y las personas que van a perder o bien por el impacto del cambio climático o bien por las políticas para hacerle frente. En este año 2024 que tenemos que revisar la estrategia para la transición justa, tenemos un 69% de los encuestados que apoyan las medidas a favor de la transición justa. Hemos formulado la pregunta hablando de la medida 2/3 o 2/5 del plan nacional del clima modificando un poco el impuesto y les preguntábamos: estaría usted dispuesto a pagar más en su impuesto de circulación anual para internalizar los efectos de emisiones de sus vehículos? Menos de la mitad nos dijo que sí. Hay una reducción significativa fuera del rango de error respecto a 2019, y además la cantidad que estamos dispuestos a pagar es menor también. Estamos dispuestos a asignar una parte de los presupuestos generales del Estado, pero sin subir los impuestos. Lo que se observa es una brecha continuada entre preocupación, intensiones y acciones. Cuando preguntamos a la gente si había cambiado de comportamiento, y por qué lo había hecho, en sus desplazamientos, en sus hábitos alimentarios, vemos que poca gente cambió de comportamiento en los últimos tres años. Representan un 25% de los encuestados y entre este 25%, sólo un 25% lo ha hecho por el cambio climático. Esa brecha es lo que tenemos que cerrar.”

2/ Desde vuestro punto de vista ¿hay una aceptación, por parte de los ciudadanos, de las políticas públicas para la transición ecológica?

>>> Marc-Antoine Eyl-Mazzega

En Francia tenemos a los conservadores y a la extrema derecha que están en contra de una cierta cantidad de tecnologías como las eólicas, y las infraestructuras vinculadas a ellas, y que piensan que la nuclear puede hacerlo todo y que lo relativizan todo diciendo también: “total, el resto del mundo no hace gran cosa, por qué correr sin cabeza? Mejor conservar las fábricas y el poder adquisitivo.” Pero sin explicar cómo se puede mantener el poder adquisitivo siguiendo dependiendo de los hidrocarburos. Se fijan los precios en otra parte, en Oriente Medio, en estados Unidos, pero no en Francia. Hay un verdadero problema de aceptabilidad de esas infraestructuras. En el centro de Francia, hay la voluntad de abrir una mina de litio: todas las oposiciones ideológicas se expresan diciendo por ejemplo que el coche eléctrico es una aberración climática, o que hay que prohibir los vehículos porque contaminan, de ahí que no conviene explotar una mina, o que es un problema para la gestión de agua y que es mejor importar los vehículos de otra parte del mundo. Lo que hay que destacar es que las personas movilizadas son las que más se oponen y que la gran mayoría es consciente del problema y de los retos y apoya las políticas pero con el mismo límite que es que nadie está dispuesto a pagar más, sea a través de los impuestos o del consumo. También se expresa una cuestión de justicia social y climática. En Francia, no es tan extremo como en Alemania: bloquean frecuentemente aeropuertos y autopistas, pero la idea según la cual los ricos que contaminan tienen que pagar más es popular. Si no aportamos una respuesta a estas preocupaciones, no pararemos de tener tensiones sociales y societales.”

3/ Se habla mucho de descarbonización: ¿es posible cumplir con los objetivos fijados por Europa? ¿Cómo se articula el proceso de negociaciones internacionales?

>>> Víctor Marcos Morell

Tengo una cierta visión global. Somos el representante de la Agencia Internacional de las Renovables. En España, en la Ley de cambio climático, hay dos objetivos muy grandes con la neutralidad climática a mediados de siglo y la reducción significativa de emisiones para el 2030. Todo viene echando la vista atrás al acuerdo de París en 2015, el paquete de invierno de la Comisión Europea de 2016 con el Reglamento de Gobernanza de la Unión de la Energía y éste es el reglamento que obliga a los Estados miembros de la Unión Europea a hacer planes de energía y clima para el año 2030 y mirar al 2050. Y eso se empieza a aplicar en la década de 2022/2032. Es verdad que España es bastante ambiciosa en estos objetivos, pero es buena la política europea de compromisos, vía regulación, vía la ley. Otros países de otras regiones priorizan otras tecnologías. Por ejemplo, en el Golfo Pérsico usan combustibles con bajo contenido en carbono, y los desafíos son muy diferentes en función de las regiones del mundo en la cuales te encuentras. Europa se enfrenta a unos desafíos ahora mismo en penetración de renovables diferentes en comparación con África donde hay que electrificar e intentar que la gente cocine no con leña sino con gas o con algo más limpio. Es un tema de más a corto plazo de salud de la persona más que de clima medioambiental.”

>>> Lara Lázaro Touza

A nivel global, el balance global que se presentó el año pasado evidenció que estamos muy lejos de alcanzar el objetivo que de facto se volvió más estricto a partir de Glasgow, que es limitar el aumento de las temperaturas a 1,5 grados en media global en respecto a la media global de la era pre industrial.Las estimaciones más optimistas no llegarían en ningún caso a limitar este aumento de las temperaturas a 1,5 grado. Lo que nos dice la ciencia es que tenemos que doblar la curva. Salió de la CO28 de Dubái por primera vez un compromiso para dejar atrás los combustibles fósiles. También en este nuevo impulso a la sectorialización de los compromisos de las Cumbres del Clima, impulsado por la Unión Europea y apoyado por otros Estados – Estados Unidos, por ejemplo - , se incluyó en el consenso de Dubái el objetivo de triplicar las renovables, duplicar la eficiencia energética, con otros objetos en materia de transportes, agua, que intentan ir cercando los objetivos sector a sector. También hubo compromisos relativos al agua, al objetivo global de adaptación: comienza una gran reflexión sobre cómo tiene que ser ese objetivo global de adaptación. La palanca fundamental no sólo para la Unión Europea sino especialmente para los otros países es que haya una financiación climática suficiente, de fácil acceso con una batería de proyectos atractivos para los inversores. Por un lado, tenemos que reforzar nuestra financiación climática internacional: este año tenemos que establecer el nuevo objetivo colectivo cuantificado de la financiación climática internacional. Y además de eso, para cumplir con el objetivo con el artículo 2.1.C del Acuerdo de París, tenemos que alinear los flujos financieros con los objetivos climáticos con un desarrollo bajo en emisiones. Esa es la gran batalla, esa es la transición justa, el acompañamiento a nuestros socios. Probablemente sean algunas de las claves del éxito o el fracaso de la consecución de nuestros objetivos.”

4/ Durante algún tiempo, notamos una voluntad por reducir el uso de la energía nuclear, pero unos países vuelven a optar por lo nuclear. ¿Qué futuro tienen las energías renovables en este contexto?

>>> Marc-Antoine Eyl-Mazzega

“Creo que salvo algunos especialistas, los Gobiernas, de forma general en Europea, expresaron mal o no entendieron en qué consistía esta transformación del sistema eléctrico. Se le dijo a la gente que las renovables eran baratas, que la nuclear era cara, que la electricidad se abarataría con las renovables y que con una nuevo nuclear sería muy caro. Hay que tener en cuenta el sistema eléctrico con la flexibilidad a corto o largo plazo con todas las infraestructuras y nos damos cuenta de que todo sale muy caro. Vemos cada vez más unos precios negativos o cercanos a cero, pero es contra intuitivo porque, de facto, la producción de electricidad solar o eólica tiene un coste cero. Europa – Francia, España, Alemania - , hicieron muchos progresos en la materia en los últimos tres años, instalando sobre todo fotovoltaicas y funciona. Hay mucha electricidad disponible a ciertas horas del día, que no sabemos cómo absorber. Pero algunos grandes industriales pueden aprovecharla y comprarla en esos momentos, pero para la mayoría de los particulares y de las empresas, no es posible decir “la electricidad es barata, la quiero a esta tarifa”, porque detrás están las redes, el almacenamiento, las inversiones que son muy caros. De ahí que la nuevo nuclear sale cara, pero para muchos países es indispensable porque produce una base baja en carbono fiable. Otro problema que conoció Europa, fue que todo el mundo dijo que para mi seguridad de abastecimiento eléctrico, podía contar con mi vecino: Alemania cuenta con Francia, Bélgica cuenta con Francia, Italia cuenta con Francia, España no. Y Francia ha dejado de funcionar y tuvimos un problema. Y mañana será Alemania u otro país: siempre habrá problemas. Nos enfrentamos a un verdadero problema. Puede que hagan falta también algunas centrales de gas lo que significa que salir completamente del carbón será complicado y que posiblemente habrá que mantener unas centrales de carbón. Sí que hay que invertir en energías renovables, pero más sobre lo eólico que sobre lo solar que ofrece mejores rendimientos. La nuclear es muy cara por el coste del crédito que se puede abaratar con las ayudas de los Estados, pero hay que entender que el sistema eléctrico de bajas emisiones de carbono funciona con subvenciones o regulaciones. Es muy complicado para tener un mercado que funcione. Pero hay que dejarle su espacio en el mercado. Hace falta tener una coordinación entre los países muy estrecha.”

>>> Víctor Marcos Morell

En España tenemos un plan de cierre pactado entre las empresas propietarias de las centrales nucleares y el Gobierno. Creo que hay un problema de diseño de mercado en las renovables, un mercado que retribuye el corto plazo y en realidad necesitamos que retribuya a largo plazo. Porque tenemos una necesidad de inversión muy grande ahora, con costes variables bajos. Las renovables tienen un coste variable de prácticamente cero y la nuclear un coste variable controlado y no muy elevado. Para el plan nacional 2030, metimos los costes de todas las fuentes energéticas - renovables, no renovables -, y el mix que sale del sistema Times (un software utilizado por la Agencia Internacional de la Energía), dice que era imprescindible la nuclear. Pero para la viabilidad de los consumos, por ejemplo durante el anticiclón de invierno, hacía falta alguna fuente energética adicional muy flexible. Y eso es un desafío retributivo, regulatorio y por lo tecnológico igualmente.”

5/ Con la guerra entre Ucrania y Rusia, nos dimos cuenta de que había que proceder a cambios importantes en el sector energético para no depender tanto de países terceros. ¿Cómo se puede alcanzar la soberanía energética en Europa? ¿Cuáles son las estrategias llevadas a cabo?

>>> Marc-Antoine Eyl-Mazzega

Nunca seremos independientes, pero hay que ser resilientes. Sobre todo, hay que prepararse contra los choques externos, el gas ruso, un choque petrolero, u otra cosa. La buena noticia es que la idea francesa de autonomía estratégica fue aceptada en la mayoría de las capitales europeas a lo largo de los últimos tres años. Ahora, con la guerra, el tema de la política industrial de defensa pasa por delante de la política europea sobre la tecnologías de bajo carbono. Pero hay una estrategia industrial europea - es algo nuevo-, que no está en los tratados: es una evolución política fuerte, que va a sumarse a una estrategia de seguridad económica y tanto España como Francia ya actúan. Hay unos actores extranjeros que van a tomar unas participaciones en activos y que quieren impulsar unas tecnologías. Hasta ahora, vivimos una transición energética “low-cost” con equipamientos chinos, pero como sigamos así, en diez años no quedará nada. Los chinos son muy fuertes y producen a unas escalas muy superiores a las nuestras y son mucho más baratos, pero no pagan los costes de la contaminación… Si nos encerramos y dejamos todos los bienes chinos fuera, los costes van a aumentar, de ahí que hay que buscar un justo equilibrio que no hemos encontrado todavía. Es el tema central en la actualidad y lo que pedimos a China a cambio es muy importante, sobre todo en la negociación climática.”

>>> Sobre los invitados:

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Marc-Antoine Eyl-Mazzega, doctor en Relaciones Internacionales del Instituto de Estudios Políticos de París, investigador y director del Centro de Energía y Clima del Instituto Francés de Relaciones Internacionales (IFRI) desde 2017. Sus áreas de especialización incluyen las tecnologías y soluciones bajas en carbono, el Green Deal europeo, así como los mercados de petróleo y gas. Marc-Antoine Eyl-Mazzega trabajó seis años en la Agencia Internacional de la Energía, donde fue responsable de las cuestiones relacionadas con Rusia y África subsahariana. También dirigió un observatorio sobre Ucrania en la Fundación Robert Schuman. En su cargo actual, realizó publicaciones sobre las consecuencias de la guerra de Ucrania para el sector energético, sobre el reto de ampliar las energías renovables en la UE de aquí a 2030 y sobre la aceleración de la transición energética en Francia.

 

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Lara Lázaro Touza, investigadora y codirectora del grupo de investigación Clima y Energía del Real Instituto Elcano, profesora de economía en el Centro de Enseñanza Superior Cardenal Cisneros (Universidad Complutense de Madrid). Sus áreas de especialización abarcan la política y economía medioambientales, el cambio climático, las negociaciones internacionales sobre medio ambiente y las estrategias multidisciplinares para la innovación en tecnologías energéticas. Lara Lázaro Touza se graduó en Ciencias Económicas en la UAM antes de cursar un máster y un doctorado en la London School of Economics and Political Science. Fue directora del Máster en Gestión Ambiental de la IE University de Madrid y trabajó como consultora para Repsol, en el marco de un proyecto sobre transición energética y cambio climático.

 

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Víctor Marcos Morell, director de Energías Renovables y Mercado Eléctrico en el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE). Ingeniero industrial por la Universidad Politécnica de Madrid e Ingeniero Industrial del Estado desde el año 2016, lleva más de diez años de experiencia en el sector energético, y especialmente en el de las energías renovables.  Ha desempeñado distintos puestos en la industria renovable, principalmente como analista de riesgos en financiaciones, compraventas, refinanciaciones y promoción de proyectos. Ha participado en el diseño de las líneas fundamentales del marco de transición ecológica español y de múltiples líneas del programa PERTE EHRA. Víctor Marcos Morell ha desarrollado trabajos de prospectiva energética, de análisis y desarrollo normativo, entre otras, de la Directiva de Energías Renovables y el Reglamento de Gobernanza de la Unión de la Energía.

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