INSTITUT FRANÇAIS MADRID "LA NOCHE DEL PENSAMIENTO FRANCOALEMÁN (FESTIVAL DE LAS IDEAS)"

 

El pasado jueves 19 de septiembre, se celebró la Noche del pensamiento francoalemán dentro del Festival de las Ideas llevado a cabo por el Círculo de Bellas Artes de Madrid y La Fábrica. La velada, organizada por las Embajadas de Francia y Alemania en España, el Institut français de España y el Goethe-Institut Madrid, reunió a un público numeroso que vino a escuchar a personalidades del mundo de la cultura en torno a grandes temáticas de nuestra sociedad actual.

Foto de grupo

Por parte francesa, la Noche del pensamiento francoalemán  contó con la participación de la gran historiadora del psicoanálisis, Elisabeth Roudinesco, que dialogó con el Director del Círculo de Bellas Artes Valerio Rocco en torno a “La Europa inconsciente”, el pionero Laurent Daudet de la nueva generación de IA que habló con Jenifer Becker sobre “Creatividad humana y escritura artificial”, y la filósofa experta en las transformaciones de la condición femenina en la época contemporánea Camille Froidevaux-Metterie, entrevistada por Pilar Gómez Rodríguez, en torno al tema “El cuerpo femenino: una batalla de lo íntimo”.

Juan Miguel Hernandez León, Presidente Del Círculo de Bellas Artes abrió la velada recalcando que “el festival de las ideas llevaba la filosofía y las ideas a las plazas de Madrid y a 11 sedes diferentes.” Reconoció que “el éxito del evento se debía a la magnífica colaboración entre las Embajadas de Alemania y Francia, tras dos ediciones exitosas que se habían llevado a cabo con el Institut français de España en el marco de la Noche de las Ideas.” Expresó su satisfacción  por la extensión del festival este año a Alemania, “prueba del buen entendimiento entre las naciones.” Recordó que el Círculo de bellas Artes era “la Casa de Europa en Madrid” cuya misión era ir “más allá de las fronteras políticas.” Concluyó diciendo que “Europea sólo se podía concebir en relación con otras regiones del mundo que enriquecieran nuestra tradición cultural.”

 

Hernández León

Cedió la palabra a Maria Margarete Gosse, Embajadora de Alemania en España.

Empezó afirmando que “el festival de las ideas unía las culturas.” “Pero que si habláramos del pensamiento francoalemán, era importante saber de dónde veníamos.” Reconoció que “veníamos de unos tiempos muy oscuros.” Pero “Las relaciones entre Alemania y Francia se han desarrollado de una manera excepcional”, afirmó. Recordó que “en 2003 se había creado el fondo de apoyo cultural francoalemán y que la Noche del pensamiento francoalemán era el fruto de este fondo.” Aseguró que “juntos éramos más fuertes y que si todos pensáramos en nosotros primero, todos íbamos a fracasar.” Recalcó que “Europea se veía en un contexto geopolítico diferente que preocupaba a la gente. Cuando hablamos de valores europeos, de qué hablamos? El ciudadano europeo quiere hablar de esto, de quienes somos.” Concluyó su intervención diciendo que “creía en el éxito de la noche de las ideas, que hacía falta salir a la calle y dejar al ciudadano hablar de sus valores.”

Maria Margaret

 

Aymeric Chuzeville, Encargado de Negocios a.i. de la Embajada de Francia en España, finalizó el turno de intervenciones de apertura de la Noche del pensamiento francoalemán. Dijo que “esta Noche hispano-franco-alemana era la culminación de un esfuerzo conjunto de diferentes instituciones: la Embajada de Alemania, la Embajada de Francia el Institut français de España y el Instituto-Goethe de Madrid, en estrecha colaboración con el Círculo de Bellas Artes y la Fábrica.” Recordó que “el evento se inscribía en la línea de la Noche de las Ideas, un concepto lanzado en 2016 por el Institut français de París, que desde entonces se había extendido por todo el mundo, con la participación de más de 100 países. La idea inicial era la de multiplicar los lugares de debate y encuentro para favorecer los intercambios y recordar que sólo escuchando y compartiendo ideas podía arraigar la democracia en nuestra vida cotidiana. [  ] Nos pareció que nuestra participación en el Festival de las Ideas de Madrid era una elección obvia. Hemos trabajado en una fórmula más rica, más abierta, más europea, para ofrecer una noche en la que las grandes voces de tres países fueran invitadas a reflexionar juntas sobre lo que afecta, trastorna y transforma nuestras sociedades. La Noche de las Ideas se ha convertido en la Noche del Pensamiento Hispano-Franco-Alemán”, concluyó.

 

Aymeric

>>> Elisabeth Roudinesco y Valerio Rocco: “La Europa inconsciente”

Valerio Rocco recordó que conoció a Elisabeth Roudinesco en Vilnius – Lituania -, durante un acto organizado por el institut français. Empezó hablando de la cultura del malestar, del tema de las promesas incumplidas, un tema muy actual en nuestra sociedad de hoy en día. Le preguntó a Elisabeth qué significaban según ella las quejas, recordándole que ella misma figuraba en el diccionario de los autores más insultados de todos los tiempos. Elisabeth contestó diciendo que “el mundo del psicoanálisis venía muy vinculado con los insultos y las quejas y que sin ir más lejos, Simone de Beauvoir – a quien admiraba -, había sido la autora más insultada, pero no sólo ella sino también grandes figuras como Sartre o Derrida que estaban en el diccionario.” Sobre las quejas y la posible consecuencia de sentirse víctima al padecerlas, dijo que “en su generación se había luchado contra el antisemitismo, pero que hoy en día había derivas identitarias que no se podían aceptar. Que el comunismo de antes había sido un fracaso.” Insistió en que era muy fácil hacerse la víctima, pero que lo importante era intentar salir de su posición de víctima, para no sentirse víctima durante el resto de su vida.” En referencia a situaciones muy complicadas como puede ser una violación, reconoció que “cuando una persona era víctima de violación, nunca se salía completamente de ello, pero que había que intentar teorizar todo lo relacionado con el sufrimiento.” También afirmó que “llegaba un momento en que la liberación de la palabra alcanzaba su punto de saturación.” Sobre las cuestiones de género, reconoció que “había unas labores muy feminizadas, pero que no solían llegar ni a la política ni al sector industrial”. Dijo que “hoy en día, se vivía en una sociedad de juicios” y que ella “odiaba esta sociedad de juicios.” En su vida, “había pasado por siete juicios pero siempre la habían absuelto porque se le había reconocido la libertad de expresión.” Elisabeth recalcó que “el liberalismo tenía cosas buenas entre las cuales la libertad de expresión”. Se mostró “en contra de la prohibición como pasó con la prohibición de unos espectáculos por no gustarles a unos cuantos. Es una cosa inaceptable”, puntualizó. “En Francia hay leyes, en Europa, hay leyes que reprimen el antisemitismo, de ahí por ejemplo, que se haya prohibido en Francia el espectáculo de Dieudonné, un humorista antisemita Pero de ahí a probar un espectáculo o un libro porque no te guste y no porque te hayas sentido ofendido, es inaceptable. Es como si en un libro se quitara algún fragmento, alguna parte porque no te gustara, o reescribieras partes de un libro: estoy en total desacuerdo.” Comentó una anécdota sobre lo que le pasó con la traducción al inglés de su obra “El yo soberano”. En la edición inglesa, le pidieron que quitara por todas partes la palabra “negro”. “Tenía que quitar esta palabra de los escritos de Aimé Césaire, pero ¿cómo iba a hacer? Me refería a autores que hablaban de los negros. Así que me negué rotundamente. Como los ingleses son liberales, me dijeron que hiciera como quisiera y el libro salió sin modificaciones”. “En el libro, cuento que critico el hecho de que me devuelvan siempre a mis orígenes, sean las que sean. Porque mis orígenes son complicadas: estaba en el Líbano, y él que me recibió allí durante una recepción me dijo que le encantaba saludar a una rumana, a lo que contesté que no era rumana. Me dijo: cómo que no es rumana? Con ese apellido que tiene? Entonces, dijo que le encantaba recibir a una ortodoxa, a lo que contesté que no era ortodoxa. Pero cómo es posible? Usted se llama Roudinesco, es un apellido rumano y los rumanos son ortodoxos. Le dije que no era ortodoxa, a lo que me preguntó: pero usted qué es? Por primera vez en mi vida, dije que era francesa, lo cual resolvió todos los problemas. Encima, tengo una genealogía complicada: tengo antepasados judíos, y a un torturador de indios judío rumano del siglo 19 que se había instalada en Patagonia. En mi libro, pregunto si me van a pedir que pida perdón por algo que haya hecho alguno de mis antepasados. Mi editor me pidió que quitara esta referencia porque según decía, la transmisión del racismo era genética. Significaba que si yo tuviese a algún antepasado torturador de indios, lo llevaría en mi genealogía. La asignación identitaria, es algo que nos toca a diario. Es algo que nos invade constantemente. Siempre nos preguntan de dónde somos, de dónde procedemos, hasta tal punto que llegué en alguna ocasión a decir: “qué quiere? Que lleve puesta una estrella amarilla?”. La asignación identitaria es inadmisible, la asignación de orígenes es inadmisible. Y eso que hoy en día, es lo que está pasando: uno reivindica el hecho de pertenecer a algún entorno muy pobre. Antes, uno reivindicaba el pertenecer a un origen noble, a la gran burguesía, pero no: ni una cosa ni la otra. Todo forma parte de la historia, pero de ahí a decir que nos impregna totalmente, eso es lo que denomino la asignación identitaria y hace falta desvincularse de ella. Lo que nos determina, es a la vez la biología, el entorno, lo psíquico, y hay que reconocer la complejidad de uno. Sobre las identidades, no creo que la feminización de todos los términos sea algún progreso. En unos campos, sí, como es el caso de los empleos que hay que feminizar, pero no estoy de acuerdo con la escritura inclusiva. No entiendo porque se asigna un género. Durante siglos, lo que prevaleció fue el sexo sobre el género. Ahora lo que prevalece es el género sobre el sexo. Los dos son necesarios. Retomando a Simone de Beauvoir, decía que no una no nace mujer sino que se hace mujer. Uno nace anatómicamente como algo y luego uno se convierte en lo que se hace. Yo critico todos estos excesos. El gran peligro de todo esto es que favorezca a la extrema derecha y no por nada Putin declara la guerra a los homosexuales”, terminó.

Elisabeth

>>> Camille Froidevaux-Metterie “El cuerpo femenino: una batalla de lo íntimo”

Camille Froidevaux-Metterie dialogó con Pilar Gómez Rodríguez sobre el cuerpo femenino y más particularmente sobre sus usos y abusos. Camille comenzó hablando de la relación que las mujeres tienen con su cuerpo, que sería, según ella, “pensado como un vectores maleable, transformable, permitiendo convertir a la mujer en la mejor versión de ella misma.” Las chicas habrían crecido con la idea de que no podemos conformarnos con lo que son nuestros cuerpos, por lo que hay que hacerlos más delgados, depilarlos... Habría así una “especie de mandato corporal sobre la experiencia vivida de nuestros cuerpos.

A continuación, Camille volvió a los dos mecanismos predominantes de la tortura de la comparación. Primero, la vergüenza, que es un sentimiento permanente que sienten las mujeres, especialmente al comienzo de la pubertad, y que persiste después. Ella la define como el hecho de “ocultar, disimular lo que sentimos”, lo que nos encadenaría inevitablemente “a una salida de la soledad.” Por lo tanto, “la vergüenza separa a las mujeres entre sí, porque impide poner en común la experiencia de las mujeres y entender que esa sensación de objetificación es en realidad común. Es algo que las feministas han decidido desmontar, ¡porque ya es hora de que la vergüenza cambie de bando!”, declaró con fuerza.

Luego, Camille definió el segundo mecanismo, que es “la rivalidad entre mujeres fomentada por los hombres”, que consiste en poner a las mujeres en competencia desde la adolescencia, y que continúa en la vida profesional. Este mecanismo llevaría inevitablemente, según ella, a la producción de “la auto-aversión, que es algo muy poderoso.” Para combatir este mecanismo, habla de una solución a través del compromiso feminista, alentando a las mujeres a “hablar entre ellas de sus experiencias vividas para que se convierta en un compromiso político.”

Luego, mencionó con mucha pasión un caso muy actual, el “juicio Mazan”. Afirmó que “En Francia llevábamos viviendo desde hacía unos diez días algo que iba a marcar la historia feminista”, como ya sucedió con el juicio Tonglet-Castellano sobre la violación de dos turistas belgas en 1974, defendido por la abogada Gisèle Halimi. De hecho, al igual que en los años 70, este juicio marcará la historia feminista y “ocurre tras una serie de revelaciones de casos de violencia sexual, especialmente de hombres conocidos.”

Lanzó esta pregunta al público: “En el feminismo nos preguntamos cuántos casos más serán necesarios para que las cosas cambien política y jurídicamente.”

Ella exolicó que se “había involucrado en este juicio porque me parecía que era el juicio del patriarcado en todos sus engranajes. Gisèle Pelicot ha sufrido el colmo de la humillación y la objetificación.” Añadió que “se trataba de un juicio del patriarcado y de esa muy larga asignación de las mujeres a su condición corporal y sexual.” Además, consideró que “este juicio sacaba a la luz todos estos mecanismos que habíamos denunciado durante tanto tiempo, especialmente la cultura de la violación.”

Compartió con el público su experiencia personal y mencionó una anécdota sobre su marido, que cuestionaba la idea de que Dominique Pelicot fuera el diablo en persona y cómo lo convirtiera en un personaje extraordinario en la abominación. Sin embargo, Camille tomó una posición completamente diferente y le respondió a su marido: “No, no es el diablo, es un buen padre de familia que aprovechó su estatus de propietario para entregar a su mujer a otro hombre. Casi parece que le buscas excusas.”

Sobre que su marido respondió: “Creo que tengo vergüenza como hombre. Y me doy cuenta de lo que significa ser un hombre en una sociedad patriarcal y lo que es ser un hombre y no hacer nada.” Ante esto, Camille tomó posición y declaró con firmeza que un “hombre que participa en la perpetuación de los mecanismos patriarcales es culpable de no informarse, de no luchar... Y esa culpabilidad debe ser el motor de un compromiso.”

Camille también destacó la responsabilidad en la perpetuación de estas violencias sexistas y sexuales, y declaró en una tribuna que “Nosotras, feministas, tenemos una responsabilidad en este largo silencio de los hombres en cuanto a esta lucha.” Añadió con mucha convicción y con una cierta nota de esperanza que “quizás haya llegado el momento en Francia, gracias a este juicio, de que los hombres salgan de la inacción, y creo que también es tiempo para nosotras, feministas, de recibirlos.”

Concluyó hablando sobre una temática feminista, los movimientos de retroceso que ocurren cada vez que hay avances. Afirmó, de hecho, que tras “unos diez años de movilización, entraremos o en un retroceso o en una nueva dinámica, y que no lo lograremos sin los hombres.”

Camille

 

>>> Laurent Daudet: “Creatividad humana y escritura artificial”

Laurent Daudet explicó que la IA ya estaba muy vinculada con la creatividad y que desde la Covid era el tema estrella del que todo el mundo hablaba. En el cómic “Dream machine” que escribió con el ilustrador Appupen, el profesor de física se centró en los dilemas éticos que surgieron a raíz de la IA. En el proceso de escritura, utilizó la IA generativa, capaz de producir unos contenidos como los que producimos los humanos. Reconoció que la IA podía sacar nuevas ideas y que ya no era el sector exclusivo de los científicos, sino que se volvía accesible a todo el mundo. El cómic es una novela gráfica para vulgarizar unos temas complejos, como que no hay que perder de vista que hay gente que pierde su empleo por culpa de la IA. Pero se le da mucha importancia a la IA y hay una equivocación sobre la palabra inteligencia porque no hay inteligencia. La IA tan sólo es una herramienta, un programa informático capaz de hacer tareas para los humanos pero sin razonamiento. ChatGPT puede dar la impresión de que estás hablando con un humano pero enseguida uno se da cuenta de que no habla con un humano. Laurent Daudet dijo que su creatividad había cambiado con la IA. En el cómic, cuenta una historia hasta el capítulo 9, luego la IA toma el relevo. Metió el guion en ChatGPT y le pidió que hiciera un final optimista, otro menos optimista y otro pesimista. La IA hizo el trabajo y generó unas imágenes a partir de las primeras viñetas del libro, generando clones a partir de dibujos. El libro presenta los resultados del ensayo realizado con la IA. Sobre el futuro de la IA y de cómo seremos como seres humanos dentro de 10 o 20 años, Laurent Daudet dijo que “cuando hablamos del futuro de la IA hay que ser modesto. Lo que puedo decir es cómo será dentro de dos años pero es muy complicado proyectarse a más largo plazo. Cada semana salen cosas nuevas, novedades en IA, de ahí que nadie sabe cómo será en diez años y menos dentro de veinte años. Lo increíble es la velocidad a la que llegó porque nadie se lo imaginaba hace cinco años. Con su llegada, los oficios como grafistas cambiaron y hay gente que está perdiendo sus puestos de trabajo por su culpa. No sabemos lo que será ni cómo será dentro de veinte años pero hay que ser optimistas: la gente que trabaja en IA fija límites sobre la ética y lo que se puede hacer. Hay cosas que ChatGPT puede hace y cosas que no puede hacer. Lo cierto es que su uso en las empresas está en aumento. Un problema que plantea también tiene que ver con los derechos de autor: la IA encuentra todo lo que hay en internet de allí que se enfrenta a los derechos de autor. Habrá que encontrar una forma remunerar a los autores reales que están detrás de la inspiración de la IA. Por otra parte, Laurent dijo que era una pena que las empresas privadas se hubieran apropiado la IA cuando lo suyo hubiera sido que se desarrollara en el mundo universitario”, finalizó.

Laurent

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